Mes: julio 2023

La tensión de lo inacabado y el efecto Zeigarnik

Zeigarnik realizó una serie de experimentos bajo la dirección del propio Lewin en los que asignaba a sus sujetos una serie de tareas sencillas (construir una caja, modelar figuras de plastilina, resolver problemas aritméticos…). En unos casos permitía que los sujetos terminasen su tarea, mientras que en otros les interrumpía antes de finalizarla.
La hipótesis en juego era que el mero hecho de poner a un sujeto a realizar una tarea desencadenaría en él un sistema de tensiones: si terminaba la tarea, se disiparía la tensión; pero si la tarea quedaba sin terminar, la tensión persistiría, duraría más tiempo, y eso haría que los sujetos pudieran recordar posteriormente mejor las tareas inacabadas que las acabadas.
Así lo corroboraron los resultados de Zeigarnik, con una ventaja del 90% a favor del recuerdo de las inacabadas (Zeigarnik, 1927).
Este mejor recuerdo de las tareas sin terminar en comparación con las terminadas se ha llegado a conocer como «efecto Zeigarnik».

Fuente: En el epígrafe sobre Kurt Lewin dentro del capítulo sobre la psicología de la Gestalt en el libro «Historia de la Psicología»  (Enrique Lafuente y otros, 2017).

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La dificultad de pensar sobre cómo pensamos

Pensar sobre cómo pensamos es como tratar de levantarnos a nosotros mismos agarrándonos por el pelo.

Leído en el Capítulo sobre Wilhelm Wundt en el libro «Historia de la Psicología» de Enrique Lafuente Niño y otros colegas.

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La diferencia entre un gusano y un ser humano

La diferencia entre un gusano y un ser humano no son los ladrillos, sino los planos arquitectónicos.

Cita atribuida a John Sulston, Premio Nobel de Medicina o Fisiología en 2002 y responsable del proyecto «Genoma humano».

La leo en el Capítulo sobre neurobiología del aprendizaje y la memoria en el libro Psicología fisiológica (2017) de Paloma Collado Guirao y otros.

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Mal olor y agresividad. Imagen tomada de https://www.businessinsider.es/como-limpiar-bote-sifonico-bano-evitar-malos-olores-1056817

El mal olor que te pone de mala leche

Aunque habitualmente pase desapercibido, el olfato es quizá nuestro sentido más importante (incluso más importante que la vista o el oído).

Es tan importante que las neuronas que transportan la información de lo que olemos pasan directamente desde nuestra nariz a la parte de la corteza cerebral que procesa esa información (frente a otros sentidos que antes de llegar a la corteza pasan por una estructura llamada tálamo, que entre otras cosas hace como de centralita que ordena y preprocesa la información sensorial antes de que esta llegue al ordenador central de nuestra corteza cerebral).

Ponerse de mala leche cuando alguien o algo huele mal
Quizá alguna vez te hayas descubierto poniéndote un poco de mala leche si alguien con mal olor corporal está a tu lado, o te hayas visto alterado porque al entrar a casa algo huele mal.

Esto no lo hacemos por ser maniáticos o tiquismiquis, así que despreocúpate por esto, jeje. Lo hacemos porque estamos programados para sobrevivir —un mal olor puede ser indicativo de una posible fuente de contagio (por ser fuente de patógenos o de algo que no nos puede caer bien).

Mientras leo sobre Psicología fisiológica (mecanismos neurobiológicos que se esconden tras nuestro comportamiento) he vuelto a recordar algunas de las bases que hay tras nuestras reacciones ante distintos estímulos sensitivos del ambiente (por qué hacemos lo que hacemos cuando vemos, oímos, sentimos…).

Lo que estoy leyendo me ha recordado que cuando sentimos un olor desagradable se activan más en nuestro cerebro áreas muy similares a las que lo hacen cuando se desencadenan en nosotros reacciones de defensa (corteza de la ínsula, corteza prefrontal, amígdala… gran parte de nuestro sistema límbico, vamos), que hacen que entremos en un estado de predisposición para la lucha.

Y aunque en el texto no lo pone, he pensado que quizá por esto, por usar circuitos solapados, nos podemos encontrar funcionando de una forma un tanto agresiva cuando nos encontramos a alguien o algo con mal olor: el mal olor activa en nosotros, de forma inconsciente, mecanismos de defensa que en el extremo nos pueden programar en modo de funcionamiento de batalla.

Así que ya sabes, si te descubres poniéndote de mala leche cuando alguien con mal olor se arrima a ti o hueles mal al llegar a casa y te alteras, que sepas que no es porque seas un finolis, sino porque tu herencia filogenética está haciendo su función y trata de defenderte 🤗.

¡Abrazos y abrazas!
Angel.

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** La imagen destacada está tomada de https://www.businessinsider.es/como-limpiar-bote-sifonico-bano-evitar-malos-olores-1056817

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