Reflexiones tras el CNICPhDay 2019

¡Hola coleguis!:

Hace unos días ya de mi participación como ponente en el congreso de doctorandos del CNIC de este año (#CNICPhDay19). Sobre la emoción que sentí cuando me invitaron allá por junio hablé aquí y el contenido de mi ponencia lo compartí aquí.

CNICPhDay19 Photo of group: https://twitter.com/CNIC_CARDIO/status/1197907363820376064

No quiero perder la costumbre cuando asisto a algún evento/charla que merece la pena, de dejar por escrito las reflexiones que me llevo del evento —es buena práctica dejar las cosas por escrito porque la memoria nos engaña y con el paso del tiempo corremos el riesgo de tener recuerdos inventados, recuerdos que juraríamos y rejuraríamos que son reales pero no, amigo mío, son inventados 😅.

Cosas que me llevo:

1. Conocí a los chicos de Labvisor:

Quizá esto fue lo más valioso para mí. En otras fases de mi vida estuve muy metido en el mundo del emprendimiento, que dejé un poco de lado cuando comenzó a ponerse de moda —mi personalidad es más bien de innovator o early adopter y suelo alejarme de algo cuando se convierte en asunto de mayorías—, pero sobre el que sigo manteniendo una sonda de medida. Labvisor es una iniciativa que sigo con mucho interés desde su comienzo ya que une varias de mis debilidades: startup (modelo de negocio tecnológico) + pensamiento crítico + disrupción + ciencia.
Conocer a sus actuales iniciadores fue ilusionante. J. y A. son dos jóvenes maravillosos, con ganas de mejorar su entorno y con mucha fuerza, fuerza que van a necesitar porque tienen delante a un Goliat al que enfrentarse.
Las organizaciones se resisten al cambio (los individuos se resisten al cambio, los sistemas se resisten al cambio) y un sistema feudal como la academia no se lo va a poner fácil. Pero como les dije, son numerosas las industrias que han tenido que enfrentarse a un cambio de paradigma con la aparición de internet: la música, los libros, las agencias de viajes, las citas, la venta minorista… y el mundo académico tiene que vivir el cambio, por muchos vectores que ejerzan su fuerza en el sentido contrario. Ahí están ellos, sufriendo «más allá del límite» pero sin tirar la toalla. ¡Grande A., grande J. ha sido un honor poder compartir asiento, charla y cerveza con vosotros!

2. Las enfermedades mentales en la academia:

La presentación de Yorick Peterse me pareció muy interesante (aunque no fuese demasiado divertida por ser quizá la que tuvo un formato «más académico»). Supongo que todas las ocupaciones tienen su sufrimiento (pienso ahora en el sector de la banca, por ejemplo), pero me resultó interesante conocer el extremo al que el entorno investigador puede conducir a sus integrantes (me sentí identificado, claro, por eso me gustó). Le he enviado un mensaje a ver si puede pasarme la presentación que usó y la compartiré aquí con vosotros. Mientras tanto podéis leer este artículo sobre el tema: The Mental Health of PhD Candidates – a workshop at the Max Planck Alumni and Early Career Researchers meeting on improving mental health conditions.

[Ampliación 15/12/19: Yorick me envió amablemente su presentación. Podéis descargarla aquí: CNIC_PhDay2019_MentalHealthAcademia . pdf
También me ha enviado un par de enlaces a sus investigaciones para aquellos más interesados:
· https://blogs.plos.org/blog/2018/07/26/addressing-the-mental-health-crisis-among-doctoral-researchers-part-i
· https://blogs.plos.org/thestudentblog/2018/07/31/addressing-the-mental-health-crisis-among-doctoral-researchers-part-ii.
Sin duda es un tema interesante/preocupante al que poder dedicar unos minutos de reflexión —o incluso toda una vida 🙂 .]

3. La otra cara de la moneda:

Fue gratificante conversar con personas que habían trabajado con Carlos López-Otín y con Susana González-López (recuerdo que estábamos en el CNIC, la casa donde Susana investigaba cuando se destapó su caso). Creo que deberíamos ser más metódicos en nuestro día a día e intentar conocer siempre distintos ángulos de la figura antes de emitir nuestro juicio. Los ingleses dicen algo así como: Before you judge a man, walk a mile in his shoes.

4. Valientes organizadores.

Tiene un mérito especial la temática que los organizadores de este año eligieron para el congreso. Sobre todo tiene un mérito especial (me consta que tuvieron que luchar con «gente de arriba») que apostasen por la temática de mi charla: las malas prácticas de investigación. Era como hablar de la soga en casa del ahorcado. Al principio podría resultar llamativo pero es cierto que el CNIC resolvió el caso de Susana González de una forma pulcra y excelente, preocupándose posteriormente por recolocar en otros proyectos a todos los miembros de su equipo, así que en realidad esta apuesta era una muestra más de su sensibilidad con la integridad en investigación. ¡Bien por «los de arriba» y «por lo de abajo»! 🙂

5. El networking y la esperanza en las nuevas generaciones.

Creo que lo más valioso fueron las conversaciones que pude mantener con distintos asistentes y organizadores. Supongo que los que allí estábamos no éramos muestra representativa de la realidad social, lógicamente, pero el sabor que me quedó fue de esperanza. Vi gente joven muy preparada, con muchísimas ganas de cambio y con ganas de hacer las cosas de otra manera (supongo que es lo que implica ser joven). Durante la cena una de las chicas de la organización, compañera de mesa, planteó una reflexión interesante: la sensación de que en un determinado momento de la carrera la gente «se convertía en mala» o que al final solamente hacían carrera «los malos» (entendiendo por malos aquellos perfiles poco íntegros y respetuosos con los demás).
Supongo que es un efecto provocado por diferentes variables sociales: las organizaciones que moldean y condicionan el comportamiento de sus integrantes, la competencia social (estatus), y demás influencias que terminan convirtiendo, a quienes se dejan influir, en unos seres menos agradables que cuando somos jóvenes —y los que no se dejan influir (o no admiten las normas establecidas por un sistema en este caso feudal como es la academia) terminan saliendo o no entrando al sistema.
Quizá la principal gran inquietud que se palpaba era sobre el futuro. Es evidente que en España no tenemos tejido científico para absorber a tantos jóvenes investigadores. La opción que yo les planteaba era salir fuera durante unos años (allá donde valoren sus habilidades y conocimientos), y por supuesto mirar al sector privado y tener en la cabeza que en muchos casos estaremos sobrecualificados para los puestos que vamos a desempeñar, pero nos nos queda otra que adaptarnos al entorno o cambiar de entorno (vivimos tiempos donde el repartidor de pizza puede tener varios masters y un doctorado…) —al final, el título que tengamos no nos diferencia (porque hay muchos otros con los mismos títulos que nosotros y cada vez con más), sino nuestras habilidades, sobre todo las emocionales.

Fue esperanzador ver a tantos jóvenes tan competentes. Lógicamente, como he dicho más arriba, es una muestra sesgada de la realidad social —en el CNIC están los más brillantes—, pero fue gratificante descubrir que España cuenta con esta cantera que puede estar compitiendo perfectamente entre la élite mundial.

Y volví a recordar la metáfora que hace más de una década se me ocurrió un día mientras volvía del trabajo a casa en el autobús lanzadera que cada jornada me llevaba de Avenida de América a la Finca y de la Finca a Avenida de América (para poner mis huevos cada día, como una gallina en la granja). La llamé la metáfora de los cantos rodados. Era algo así como que cuando somos jóvenes somos como piedras en lo alto de la montaña, con numerosas aristas, huecos, rugosidades… características que nos hacen únicos a cada uno de nosotros. En un momento determinado llegamos a un caudal de agua (el teatro social o cualquier organización) y comenzamos nuestro camino descendiendo la montaña. El caudal hace que nos golpeemos con otras piedras, contra el suelo… o por la propia fuerza del agua finalmente terminamos convertidos en unos cantos rodados, sin aristas, todos redonditos, iguales, sin las señas de identidad que nos diferenciaban y nos hacían especiales. Eso es lo que hacen las organizaciones. No deberíamos permitir que ninguna organización limase nuestras diferencias individuales, aquello que nos convierte en únicos y singulares y que es pieza clave en los procesos de innovación que han hecho progresar a la humanidad.

Me despido con la esperanza de que allá donde su destino les conduzca no pierdan la esencia que les convierte en únicos y genuinos.

CNICPhDay19 Organizers: https://twitter.com/CNIC_CARDIO/status/1197907363820376064

¡Seguid auténticos, chicos!
Angel.

PDTA: y aquí unas capturas para el recuerdo (y para alimentar mi ego 😀 )

Program CNICPhDay 2019. From: https://twitter.com/CnicPhday/status/1197516450812043266 angel-abril-ruiz-CNICPhDay19-low-qualityangel-abril-ruiz-CNICPhDay19-2. From: https://twitter.com/vicfanjul/status/1197926151328546816 Angel Abril-Ruiz - Lecture in CNICPhDay 2019 - Picture from https://twitter.com/Stephen_Curry/status/1197954095585353728 Angel Abril-Ruiz at CNICPhDay 2019 - From: https://www.instagram.com/p/B5LLEUko0QI/

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One thought on “Reflexiones tras el CNICPhDay 2019

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