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Gastarse 30.000€ en un master, quitar la enseñanza universitaria subvencionada y Esperanza Aguirre

En Julio del año pasado, me gradué en el Master de Dirección Comercial y Marketing del IE.

Estudiar un master mientras trabajas

Sí, me dejé unos 30.000€ (matrícula, viaje a Sanghai, viajar Cehegín-Madrid todos los fines de semana durante 10 meses, otros gastos). Cada año lo suben un poquito más.

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Viene al caso porque mi gran amigo @psemitiel, me comentó hace unas semanas que estaba pensando hacer un MBA o un master en marketing, pidiéndome opinión al respecto, sobre varias posibilidades que había visto. Finalmente, se matriculó y el viernes comenzó las clases.

Estudiar un master mientras trabajas es muy duro. Los 10 meses que estuve en el IE estudiando probablemente fueron los 10 meses peores de mi vida. Estuve al borde de enemistarme con mucha gente, debido a la gran cantidad de estrés que acumulábamos y a mi mal humor constante. Además, la época del master coincidió con mi dirección del megaproyecto Cehegín ciudad digital, ya de por sí estresante por la responsabilidad de gestionar 1,3 millones de euros y tener que ejecutar en tiempo las decenas de proyectos comprometidos. Fue complicado.
En las últimas semanas de clase, en una de las reuniones de grupo donde analizábamos los casos que teníamos que presentar, de la tensión, una compañera sufrió un ataque de estrés y se puso a llorar desconsolada. Fue muy duro.

No conozco el resto de escuelas de negocios, pero pasar por un Executive en el IE, es como pasar por la legión, una vez que lo has vivido, ya nada te da miedo.

No voy a entrar en esta ocasión a comentar el nivel del master; pudo ser mayor en algunos casos, aunque en la mayoría fue excelente (dejémoslo en un 20/80 🙂 ). Con algunas lecciones de algunos profesores, al finalizar la clase, me iba a casa diciendo “tan solo con la clase de hoy, he amortizado los 30.000 €”, aunque en otras ocasiones, me mordía las uñas por el bajo nivel.

El valor del conocimiento

En los tres últimos años que estuve en Orange, estuve cursando estudios de Empresariales en la Complutense; estudié la mayoría de asignaturas de primero y segundo y algunas de tercero (sobre todo las de estrategia empresarial, contabilidad, marketing, macroeconomía y microeconomía en profundidad…); más tarde, como el horario ya no me permitía cursar más asignaturas, comencé en Administración y Dirección de Empresas de la UNED, pero solo estudié cinco asignaturas. En Empresariales, iba en horario de tarde, y claro, no podía asistir a todas las clases, ya que salía de La Finca en Pozuelo a las 18:00h y no llegaba a Islas Filipinas hasta las 19h, así que solo podía asistir a las dos últimas clases, cada día.

Como mi conocimiento en economía, contabilidad, finanzas, estrategia era bueno, decidí cursar el master de Dirección Comercial y Marketing, en lugar del MBA completo (que por cierto, eran 50.000€…); tenía miedo de invertir 50.000€, y que la mayoría del tiempo estuviese viendo cosas que ya sabía. Por eso decidí especializarme en marketing (que además, me apasiona).

Tomar una decisión así no fue fácil. Había masters mucho más baratos, bien es cierto, pero yo quería hacerlo en el IE. Aparecía como la segunda escuela de negocios (por su MBA) mejor del mundo en varios rankings internacionales, y eso me gustaba. Conocía a “amigos que tenían amigos” que habían estudiado en el IE, y los posicionaban en su mente como grandes profesionales. Por otra parte, seguían el método del caso, y la mayoría de los que estudiamos, muchos de ellos en Inglés, eran comprados a Harvard o a Berkeley University y eso, era importante para mí.

La incertidumbre por desembolsar 30.000€ en algo “intangible” donde no sabías a priori si te iba a merecer la pena era grande. Cuando comentaba a mis contactos el caso, muchos me miraban como quien mira a un demente: “¿te vas a dejar 5 millones de pesetas en estudiar 10 meses los fines de semana?, ¿tú estás loco?”…

El conocimiento tiene un valor. El conocimiento, no nos lo venden en una cajita con un lazo; no viene con un CD de instalación, o no lo puedes “lucir” en saraos sociales, como las chicas que “lucen unos Manolos” o un bolso de Louis Vuitton. Tal vez esta sea una de las variables por las que en general, no se le da valor, porque es un intangible.
Además, en el modelo económico tradicional en España, tampoco ha servido de mucho que la gente tenga más o menos conocimiento: un modelo sostenido en industrias intensivas en mano de obra o capital y no en conocimiento. De hecho, es un tópico escuchar lo de “el conocimiento se fuga de España” o lo de “la fuga de cerebros”… aquí nos apañamos con la fuerza bruta. Tal vez esta sea otra variable, que deprecia su valor.

Financié el master con ahorros propios (tuve que liquidar un par de pequeños fondos de inversión para dedicar a esto). Al mes de comenzar, el ICO sacó unos préstamos de 11.400€ a interés cero para alumnos que estudiaban masters de al menos 60 créditos ECT y lo pedí, sobre todo por no dejar pasar una oportunidad de contar con un dinero a coste cero 😉 .

Así pues, pagué “gran cantidad de dinero” a cambio de recibir “gran cantidad de conocimiento”.

Enseñanza universitaria no subvencionada
Trabajar para estudiar: el valor del esfuerzo

La tercera variable que podría influir en la depreciación del valor del conocimiento en España: desde pequeños, estamos aconstumbrados a que los organismos públicos “regalen” habitualmente la formación. Son muchos los cursos que se dan de forma gratuita o subvencionada. Algunos de estos cursos, al venir de la iniciativa pública (carestías de control de resultados, ausencia de indicadores de eficacia, “como el dinero es de todos”,…), son de mediocre calidad. La gente se apunta al primero, ve que es muy malo, y ya deja de asistir a otros.
Al final, una formación de mala calidad influye en la percepción que el estudiante tiene de la misma, depreciando su valor: “vaya castaña de curso, estoy perdiendo el tiempo…”

Este mes de Septiembre, Esperanza Aguirre salió a la palestra con una de sus habituales declaraciones sinceras: “La educación no tendría porqué ser gratuita en todos los niveles” o algo así. Aquí podemos ver la versión de sus declaraciones según la cadena SER.

Mis padres pagaron todos mis estudios hasta mi primera carrera (IngTecTeleco en la UPV), fuí un afortunado. Incluso siendo así, tuve por constumbre durante los años de BUP, COU y universidad, trabajar en los meses de verano en una fábrica de conservas, para sacarme unas pesetas complementarias.
Tenía un amigo que tenía que dedicar todo el verano a trabajar “en la obra” porque sus padres no podían pagarle los estudios. Él quería estudiar, y hacía lo que fuese necesario para ello (tenía grandes valores, y un fin en mente).

Durante este último año he conocido a bastantes jóvenes que entran al mercado laboral y muy pocos de ellos han trabajado durante su fase de estudios universitarios.
Una constumbre personal cuando recibo un curriculum, es ir directamente a la parte del final, donde solemos indicar estas cosas, para ver si el chaval/vala ha trabajado en algún sitio o ha hecho algo adicional mientras estaba estudiando. Algunos se han limitado a estudiar, y ya está; hay otros que sí han trabajado durante el tiempo que estaban estudiando.
Casualmente, existe una correlación positiva entre los que han trabajado y hecho actividades complementarias durante su fase en la universidad, con la calidad del trabajo como profesionales que demuestran luego. Suelen ser personas con espíritu de superación, “que tienen un fin en mente”, que aprecian los frutos del esfuerzo y conocen que las cosas “no son fáciles”.

Voy a partir de dos premisas:

  • P1) en el mercado universitario, hay universitarios que “curran” y se esfuerzan “un plus” mientras estudian, y hay otros que no lo hacen.
  • P2) la enseñanza universitaria, no es obligatoria.

Partiendo de estas premisas básicas, llego a la siguiente conclusión: sería una buena opción, por su interés general, que solo fuese “subvencionada” la educación considerada como obligatoria.

La enseñanza universitaria, por ejemplo, tal vez funcionaría mejor si estuviese orientada a costes sin suponer una carga para las arcas públicas. No entro en si la enseñanza debería ser “pública” o “privada”, sino en que, siendo “pública” o “privada”, las tasas (o precios), no deberían ser “precios públicos”, sino precios de mercado, orientados a costes. Probablemente, esto también impactaría en el aumento de la calidad de la enseñanza de las propias Universidades, al tener un mercado “más en libre competencia” que el actual. Es posible que este modelo, hiciese aumentar el valor percibido de la educación por parte de los estudiantes.

Quién ha estudiado economía básica, conoce las inconvenientes que para el mercado implica la “subvención” de los bienes o servicios. La subvención pública es una perturbación indeseable de las reglas del mercado.

La casi “gratuidad” de la educación, devalúa el esfuerzo que los organismos hacen por formar a los universitarios. Es decir, los universitarios no son conscientes del coste total que supone la educación que están recibiendo, por lo que no son capaces de percibir su valor real.
Por otra parte, al ser un servicio subvencionado, hace que sea demandado por algunos jóvenes que carecen de la motivación suficiente para sacarle un buen provecho: holgazanes, vividores, jóvenes con valores inadecuados… de estos, hay bastantes en las universidades (gracias a Dios, hay más que sí lo aprovechan).

Como contribuyente al erario público, me gustaría que el dinero que pongo a disposición “del bien común social” fuese bien administrado y maximizado su valor: ¿por qué hemos de pagar los contribuyentes ni un euro de la educación de personas que no la valoran?. Tal vez, algunos de estos jóvenes, podrían incorporarse al mercado laboral en fases previas a la universitaria, donde probablemente podrían desarrollar muchos de sus talentos, sin necesidad de suponer un gasto social.

Y aquí concluyo otra vez con lo mismo, si la educación universitaria fuese “libre” (sin suponer un cargo para las arcas públicas): el precio para los estudiantes estaría orientado a lo que realmente cuesta. Probablemente, aumentaría la competencia entre las propias universidades. La competencia sería un revulsivo que aumentaría la calidad de la enseñanza: competirían entre ellas para llevarse a la mayor cantidad de clientes/alumnos.
Por su parte, los estudiantes, valorarían lo que realmente cuesta la enseñanza que están recibiendo, y por tanto, aumentaría “el valor percibido por el conocimiento recibido”. De esta forma, optarían por cursar estudios universitarios aquellos que realmente lo valorasen. En caso de que entrasen “holgazanes”, realmente a mí, no me importaría, ya que lo pagarían de su bolsillo (ahora, cuando tocan mi bolsillo, duele: la pela es la pela, oye tú).

¿Y esos jóvenes que careciesen de recursos para poderse pagar una formación “orientada a costes?, ¿no sería injusto que no pudiesen acceder a la educación de ser mucho más cara?: para esos jóvenes, no hay problema, tendrían dos alternativas:

1) buscarse un trabajo: las películas americanas (y su historia) están llenas de casos de jóvenes brillantes que tenían que trabajar de camareros (o en cualquier otro sitio) para poderse pagar la carrera. Son casos conocidos y es algo totalmente real y al alcance de la mayoría.

2) ¿y si tengo tan mala suerte que no encuentro trabajo?: préstamos a interés cero. Te doy un préstamo para que te pagues tu carrera, y en cinco años, comienzas a devolvérmelo en cómodos plazos.

3) el libre mercado cubriría todos los segmentos de precio: probablemente podríamos estudiar la misma carrera en distintas universidades con rangos entre 30.000 y 60.000 €, obteniendo la misma titulación oficial al final.

Yo valoro el conocimiento que recibí en el master del IE. Me costó 30.000 euracos de mi bolsillo. Pude elegir si estudiar en una escuela de negocios o en otra. La oferta era grande, al tratarse de un mercado no subvencionado en libre competencia. Y algo muy importante: mi decisión, no le costó ni un céntimo a nadie, salvo a mí.

Realmente, creo que un modelo similar a este es el que debería haber en la enseñanza universitaria en España.

PDTA: probablemente haya estudios y datos que me hiciesen cambiar de opinión. Estaría encantado de poderlos leer. Si me lees normalmente, sabes que no pretendo llevar la razón, tan solo razonar. ¡Gracias por tus comentarios!.

aabrilru

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Artículo Óscar Molina: “Vivís de mi dinero”

Mi colega Antonio me ha remitido este artículo. Lo pongo aquí porque quiero conservarlo, dice algunas cosas con las que estoy bastante de acuerdo. Ctrl C -> Ctrl V

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Tremendo y certero articulo de un tal Oscar Molina. Extraodinario.

Vivís de mi dinero

Oscar Molina. Clases Medias.12 de diciembre 2009http://vicentvercher.files.wordpress.com/2008/02/120343338700620080219-969651dn.jpg

Paso fuera de mi casa y lejos de mi familia una media mensual de 360 horas (15 días completos), contribuyo al fisco con un 40% de mi salario; entre impuestos directos, indirectos, tasas obligatorias y demás gravámenes, trabajo más de la mitad del año para el Estado. Pago un colegio a mis hijos, mientras financio un sistema de educación pública; me dejo un turrón en una póliza de sanidad privada, pero abono religiosamente mi correspondiente diezmo para que muchos puedan tener cuidados médicos. De lo segundo no me quejo (a pesar de que nadie me lo reconozca) y de lo primero no me quejaría si no fuese porque la educación pública consiste en meter a los niños en fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapié en su adoctrinamiento en un conjunto de paridas sin sentido.

Muchos están peor que yo. Se levantan a las 6 de la mañana, vuelven a casa cuando sus hijos se van a la cama, conviven con la cotidiana amenaza de perder su trabajo y hacen encaje de bolillos para que el fruto de su sacrificio vital les permita llegar a fin de mes.

Y otros, de número creciente, están aún peor. Han perdido su trabajo y conservan escasas esperanzas de conseguir otro.

Todos, de alguna manera, ponemos un montón de dinero para que vosotros, que sois muchos, os alimentéis de nuestra pasta.

Porque vosotros, incompetentes ejecutivos de la nada, mediocres gobernantes de nuestro Estado central, vivís de nuestro dinero. Sois parte un elefantiásico entramado de Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitos varios que contáis con un ejército de asesores, viajáis en coche oficial y reserváis Clase Preferente en vuestros viajes privados, con mi dinero. A cambio, resultáis totalmente incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestra seguridad ni dentro ni fuera de España, no nos protegéis del desempleo, ni prestáis servicio alguno. Sólo se os ocurren normas para coartar nuestra libertad, para vigilarnos, atemorizarnos y decidir qué es bueno para nosotros. Tomáis posesión de nuestra vida pública, privada y de nuestro dinero para complicarnos la vida, y parís normativas orientadas a seguir siendo necesarios, a no permitirnos deshaceros de vosotros.

Por si fuese poco, inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a la sociedad reabriendo debates cerrados, legisláis para cuatro, y tenéis la jeta de pagar un sueldo a majaderas de manual sin el menor sentido el ridículo que nos hablan de “acontecimientos planetarios”. Todo con mi dinero.

Vosotros, prebostes de alguno de los diecisiete gloriosos mini-estados autonómicos, también vivís de mi pasta. Unos subidos a cuentos imposibles como la fábula de Aitor, otros mitificando a unos segadores de hace cuatrocientos años. Los demás, a rueda de éstos, os habéis montado un chiringuito de consejerías, direcciones, subdirecciones, patronatos, embajadas y demás máquinas de gastar. Con mi dinero, claro está. Usáis la pasta que yo Continue Reading

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Las comunidades autónomas se inflan a funcionarios

Diez comunidades alivian la estrepitosa caída de la ocupación en el sector privado (-4,9%) reclutando a efectivos públicos, cuyo ritmo de contratación crece al 4%.

La región donde más creció el empleo público fue en Baleares (el 23,4%, en tasa interanual), seguida de Murcia (15%) y Canarias (7%). En estos dos últimos territorios la tasa de paro supera el 16%, dos puntos por encima de la media española (13,9%, según el último dato el INE).

Leo la noticia a través de expansión.com >>

En lugar de adelgazar las estructuras enmarañadas del sector público, demostradamente improductivas, seguimos engordando el funcionariado, ¿esta es una variable de la ecuación para combatir la crisis?, madre mia, estamos arreglados.

un abrazo,
aabrilru

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300.000 vascos viven fuera de su provincia por miedo

Yo salgo todas las mañanas de mi casa de forma tranquila, no tengo miedo de que nadie me vaya  a hacer nada por la calle. Estoy tranquilo porque sé, que con casi toda probabilidad, voy a llegar a mi oficina, y va a estar ahí, como siempre, entera y patera. Puedo espresar mis opiniones en un grupo de amigos, con ideas dispares, y encendernos en discusiones sobre algún tema, y después apagarnos con unas cervezas (o coca cola), y tan ricamente.

Las mañanas que cojo el coche, me monto tranquilamente y lo arranco sin ningún temor. Cuando iba al instituto o a la Universidad, tenía amigos de toda ideología política, intercambiaba apuntes, estudiábamos juntos, compartiamos prácticas.

En mi pueblo, puedo pasear sin tener que cambiarme de acera. Puedo ir a hacer la compra a cualquier supermercado, si quiero, puedo salir a correr solo, o ir al cine tranquilamente…

Esto es mi pueblo, esto es democracia, esto es un sistema libre, esto es vivir en paz. A muy pocos kilómetros de nosotros, aquí, en el País Vasco, no pueden hacer todo lo que yo hago con normalidad, aquí, en la Región de Murcia. Hablamos de España, un país democrático, no estamos hablando de un estado desconocido y perdido en África, por ejemplo, hablamos de España, un país “de la Champion League”, en el que algunos de sus ciudadanos, tienen que abandonar su tierra, porque otros ciudadanos de esa tierra, violentos, que utilizan las armas, asesinos, no están de acuerdo con su forma de pensar de paz y democracia.

Amigos, yo paseo tranquilo por mi pueblo, Cehegín, y paseo tranquilo por mi otro pueblo, Madrid, ¿por qué otros conciudadanos mios, tan españoles como yo, con los mismos derechos y obligaciones, no pueden disfrutar de la misma tranquilidad y paz de la que yo disfruto?.

El problema no será fácil de resolver, seguramente, pero estoy seguro, segurísimo, que desde las tribunas políticas podría hacerse mucho más de lo que se hace. Por supuesto, que mientras siga gobernando el PNV allí, nada cambiará, porque son unos amantes de las medias tintas, por decirlo de una forma suave.

Creo que esto es un síntoma más de la política viciada y podrida que tenemos en España, hay tanta basura por ahí debajo, tantos favores que se deben entre unos y otros, tantos intereses ocultos, que la vista no nos alcanza.

Tengo la plena seguridad de que si realmente se aplicase con rigor, de forma estricta y taxativa la Ley, se activasen todos los recursos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y hubiese una voluntad política real para acabar con el problema, la paz sería posible.

No puede acabarse con el pensamiento de las personas de la noche a la mañana (sobre todo en pueblos pequeños de entornos rurales), no se trata de acabar con los pensamientos de nadie, sino que esos pensamientos, los defiendan con diálogo y política, pero no con las armas. Hay que ser ejemplarizante, y que vean que quien utiliza las armas o simpatiza con los que utilizan las armas, es castigado con toda la fuerza de Ley, ni más ni menos.
Lo que no puede ser es que en algunos pueblos del País Vasco, los que van tranquilos por la calle sean los asesinos y simpatizantes de los asesinos, y los que van con miedo, sean los demócratas y amantes de la paz, esto es un sin sentido.

Yo hoy, soy Emilio Gutierrez, que pide perdón y lo siente por sus padres tras emprenderla a mazazos con una herriko taberna: habían destrozado su piso en un atentado, y los batasunos se estaban riendo de él…

No quiero un país donde los asesinos y simpatizantes de asesinos van tan tranquilos por la calle, amedrentando a los demócratas y amantes de la paz.

Vamos a hacer algo ya.

aabrilru

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Mi opinión: competitividad + educación, lo que Bruselas nos dice

No paramos de leer por todas partes:

– Estamos ante un problema estructural, no coyuntural, que se veía venir desde hace años (cualquiera que hubiese mirado un poco a los vecinos a uno y otro lado de la piel de toro)
– hemos de procurar un cambio en el modelo económico (el modelo de la construcción no sirve, no es sostenible).
– España tiene un sistema educativo pésimo. Estamos a la cola en Europa (ver informes PISA).
– España es de los países con los indices de productividad más bajos (ver informes del World Economic Forum).

Bruselas nos vuelve a decir lo que cualquiera con un mínimo campo de visión, viene viendo desde hace años, no solo ahora:

La Comisión Europea insiste en que el ciclo recesivo español requiere respuestas importantes. En concreto, todo debe estar orientado a “mejorar la competitividad de la economía”, anclada en niveles muy por debajo de la media europea, gracias a “un esfuerzo sostenido en la innovación, el reforzamiento de la competencia en los servicios sobre todo, la mejora de la regulación del mercado de alquiler y lograr un salto de calidad en los planes de formación a lo largo de la vida y en el sector de la educación”. Asimismo, Bruselas pide que “la evolución de los salarios esté vinculada más estrechamente a la productividad, dentro del diálogo social”.

Se recomienda a España que materialice medidas concretas que favorezcan la búsqueda de empleo, gracias al apoyo a la movilidad, la mejora en la formación y la ruptura de la segmentación del mercado laboral. Bruselas estima que hay que reducir las diferencias entre contratos temporales y fijos, aumentando los derechos de los primeros y flexibilizando los segundos. España ha mejorado en este aspecto pero debe proseguir su marcha, a ser posible mediante el acuerdo de los interlocutores sociales.

Por otro lado, recomienda enfáticamente que se apliquen las medidas necesarias para reformar la educación, también a nivel regional, con el objetivo de reducir el elevado porcentaje de abandono escolar entre los jóvenes y mejorar los resultados de la educación secundaria. Para mejorar la competitividad pide incrementar la competencia en los servicios y continuar con las medidas necesarias para eliminar el bajo coste de la electricidad, es decir, pide un “aumento los precios de la electricidad y suprimir las tarifas reguladas”.

Lo leo en este artículo de expansión.com: Bruselas pone los deberes a Zapatero tras ver su “Plan-E”

¿Es ta difícil un pacto político por la mejora del sistema educativo cuando de manera científica y objetiva estamos viendo que es uno de los problemas que está lastrando el sistema productivo nacional,  y por tanto, a la sociedad española?.

Últimamente se me ha metido en la cabeza, que los políticos, desean tener por ciudadanos a “borregos”, para poder controlarlos mejor, manejar su pensamiento; los políticos no desean que “el pueblo” tenga juicio de valor, que sean críticos, que tenga capacidad para analizar las situaciones económicas, las realidades sociales.
Bien podría ser este uno de los motivos por los que ningún partido político ha apostado seriamente por mejorar el sistema educativo de España, algo que solo se conseguirá con un gran pacto por la estabilidad del sistema educativo, que no naciese con fecha de caducidad de una o dos legislaturas, sino que fuese un modelo a largo plazo.

El problema es que aquí cada cual piensa en tener caliente su silla durante su legislatura y no hay quien piense realmente en el interés general de un pueblo, región o país a largo plazo.

Resumiendo: que nos hacen falta medidas para un cambio de modelo, no para poner tiritas al modelo que ya existía, y eso solo es posible si pensamos en el largo plazo.

un abrazo,
aabrilru

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