El conocimiento solo adquiere valor en el salto de una mente a otra

Mañana domingo tengo que madrugar (es la una ya), pero no podía dejar escapar “esta iluminación” que acabo de tener en la ducha, después de correr los 11 kilómetros de hoy.

Tormenta:

1) el conocimiento en una persona es como la carga de una pila. Una pila puede “tener carga” (una diferencia de potencial entre su ánodo y cátodo), puede tener mucha carga.

2) la pila, si no se usa, o bien termina descargándose (caso de las baterías modernas) o en el caso de las pilas antiguas, terminaban por “sulfatarse” —-> podían morir sin haber aprovechado “su potencial”.

3) ¿cuando tiene valor la pila?, cuando coges su carga (sus electrones) y los haces circular a través de un circuito. Es el flujo lo que realmente aporta valor. La carga en movimiento produce la electricidad, y con la electricidad, hacemos cosas con valor. La carga en sí misma, no hace nada.

4) El conocimiento, es como la carga de una batería. Una persona puede tener mucho conocimiento, pero si se lo queda ella, no aporta ningún valor al mundo, su utilidad es cero. El conocimiento realmente tiene valor cuando es compartido.

Antes y ahora.

Antes, el conocimiento podía compartirse de una persona a otra; luego, con el invento de la imprenta, el conocimiento podía propagarse más rápido, cuando el que lo tenía, decidía compartirlo, claro.
Siguiendo el paralelismo con la pila, es como si hubiésemos pasado de una pila conectada por sus dos polos con dos cables a una bombilla, a conectarla, a un circuito más complejo, que además de la bombilla, también incluía una bobina capaz de producir un campo electromagnético, por ejemplo.

Esto no es nuevo. En el mundo universitario sobre todo, siempre han existido grupos de investigación internacionales que comparten el conocimiento, construyen “un flujo de conocimiento”.

Me vienen muchos conceptos a la cabeza: internet, desarrollo en comunidad, poner el conocimiento propio en manos de la comunidad, crowdourcing, crowd computing…

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El conocimiento alcanza su valor al pasar de una mente a otra. El conocimiento en el cerebro de una persona, es como la carga de una batería: un potencial. Solo tiene utilidad, cuando pasa de una mente a otra—–>flujo

¡¡¡¡Es el flujo del conocimiento lo que aporta valor!!!!!. El conocimiento, sin flujo, termina “sulfatándose”.

Enlazo, combino: catedral del conocimiento, grupos de trabajo con intereses comunes que investigan y ponen sus descubrimientos en manos de la comunidad de forma muy cercana y muy transparente -> crean flujos de conocimiento-> objetivo. Entorno idílico para la investigación, ¿utilidad empresarial?, ¿patrocinios? —-> modelo americano 🙂

en fin, mi mente es una batidora. sábado por la noche. mañana madrugo. a la cama