Es curioso. Probablemente cuando escuchamos la palabra litio lo primero que nos viene a la cabeza es batería, ¿cierto? Claro, el litio lo usamos para fabricar las baterías de la mayoría de nuestros dispositivos y lo vemos escrito por todas partes.

Quizá por esto, por estar acostumbrado a sus propiedades energéticas, me ha llamado tanto la atención verlo como tratamiento para la salud, en concreto para la salud mental.

El litio lo usamos como fármaco para intentar curar los trastornos bipolares, sobre todo la parte de manía. Una de sus principales características es su potente propiedad para reducir la intención de suicidio del paciente.

Aunque lo que realmente me ha asombrado —buceando un poco por la red—, ha sido encontrar estudios que muestran una relación entre el litio que contiene el agua que bebemos y la tasa de suicidios de la ciudad concreta estudiada. Encontramos distintos estudios realizados durante diferentes años, en diferentes países, por diferentes equipos de investigación, que muestran, por ejemplo, la relación entre el litio que se filtra en el agua potable cuando llueve y los suicidios en la población: a mayor litio en el agua menor la tasa de suicidios.

Un metaanálisis que revisa 24 estudios lo podemos encontrar aquí: Mauer, S., Vergne, D., & Ghaemi, S. N. (2014). Standard and trace-dose lithium: a systematic review of dementia prevention and other behavioral benefits. The Australian and New Zealand journal of psychiatry, 48(9), 809–818. https://doi.org/10.1177/0004867414536932

Hace unos años pensaba que la tecnología era apasionante. Agárrate a la biología 🤗.

Abrazos y abrazas.
A.

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Creador: Reinhard Jahn
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