Porqué me levanto escuchando radiole (y el pensamiento positivo)

Sí, lo confieso, he traicionado a Carlitos Herrera, a sus fósforos y a sus camastrones (también a Intereconomía). He compartido cabecera vespertina con ellos durante los amaneceres de los últimos años (excepto los fines de semana, que me despierta Clímax, el deep house y chillout más cool de la FM Española, en MaximaFM 🙂 ). Cuando vivo en Madrid, como el radiodespertador de casa no sintoniza muy bien OndaCero, me levantaba con Intereconomía; en Cehegín, con Carlitos.

Radiolé

Lo siento de verdad Herrera, pero tiene su explicación. Te lo voy a contar.

Medios de masas
Llevo meses un poco desilusionado (¿indignado?) con los medios de comunicación. En realidad, ellos hacen su papel de “medios de masas”, que es dar al pueblo lo que el pueblo quiere; bien es cierto, que con el poder de manipulación que tienen, podrían tener un poco de conciencia social y no dar al pueblo lo que quiere sino lo que necesita, que ahora más que nunca es un baño de positivismo.

La chispa que encendió la mecha
Vivir 10 días en el Sur-Este de Marruecos, 7 de ellos en autosuficiencia (tus únicas pertenencias son lo que llevas en una mochila), te hace reflexionar:
10 días sin saber nada del IBEX35-36, del desequilibrio de la balanza de pagos de España, del estancamiento, de Grecia, de las variopintas tomaduras de pelo de los políticos, del interés de referencia, de los ERE en las empresas, de las políticas restrictivas de gasto… 10 días sin conexión al mundo.

Al pisar Madrid-Barajas, tras besar (literalmente) un pilar de la T4 (a uno le da alegría ver España), mi perspicaz observancia se percató de que el Sol seguía moviéndose en el horizonte: – Válgame- me dije- eso va a ser que la Tierra sigue girando.

Y así es, La Tierra sigue girando y el Sol sigue saliendo cada mañana. Hay nieve en las cumbres, que se derrite al llegar el calor, el ciclo del agua sigue su curso y la lluvia riega los campos. Hay niños que nacen, y otras personas que mueren (cada vez con más años, es un hecho).

Básicamente, el mundo seguía tan maravilloso como siempre.

Observa, pregúntate el porqué e intenta mejorarlo
Con el pragmatismo como principal religión, y con el método físico como Ley de supervivencia, comprenderéis que no iba a dejar pasar estas premisas para construir un buen silogismo que llevar a la práctica, ¿verdad? 🙂 .

Así es. Basta ya de noticias moda. Basta ya de “la prima de riesgo”, algo que siempre ha estado pero que ahora es el concepto de moda, igual que hace un lustro, era el barril de Brent, o el Euribor, o cuando se pone de moda “que los perros muerden” y resulta que todos los días un perro muerde a alguien y es apertura de informativo.
Siendo pragmático, para mi realidad cercana les indiferente que Grecia salga o no del Euro; es irrelevante que por poco al sucesor de Sarkozy, al tal Hollande, le parta un rayo; le da igual las medidas absurdas (muchas de ellas) que están tomando nuestros gobiernos (meto en el saco a las 3 administraciones), y tantas y tantas noticias negativas, que no aportan valor a mi círculo de influencia más próximo, sino tan solo distorsión.

¿Qué juicio extraigo de estas proposiciones?:
1. Realmente, soy más feliz si no veo cada día todas estas malas noticias.
Como no me afectan, y como no puedo hacer nada, prefiero no saberlas. Este pensamiento lo extraje de Stephen R. Covey, de su libro The Seven Habits of Highly Effective People. Algo así: si tú no puedes hacer nada por “un problema” ni influir en alguien directo para que solucione “el problema”, lo más inteligente es que no lo consideres “un problema”.

2. Cambiar la emisora que me levanta cada mañana.
Adiós Carlitos, adiós apertura de mercados en Intereconomía.
Hola “Radiolé”. Podría haber elegido otra emisora musical para despertarme, pero he elegido Radiolé, por su naturalidad, y porque llaman personas sin artificios, personas de la calle, simples y puras. La humildad y cercanía da alegría.

3. Ver los informativos de la 2 mientras desayuno.
Uno de los  lujos que me permito como empresario de la nueva economía, es dedicarme cada mañana una hora y media para desayunar y leer algo (no prensa) antes de ponerme a trabajar.
Mientras desayuno (muy abundante, intento tomar 2/4 de las kcalorías del día), desde hace unas semanas, me informo un poquito de la realidad a través del informativo de la 2 del día anterior, que cuelgan cada día en la web. Sí, te dan malas noticias, las de moda, pero también te dan alguna que otra buena, y mejor esto que el sensacionalismo de Antena 3, por ejemplo. Antes leía cada mañana El mundo, Expansión y dos o tres medios verticales de marketing y de tecnología. Ya no (bueno, los fines de semana, sí que me paso por la sección de ciencia, cultura y salud de El Mundo).

(modificado 18MAY12_09:34h)
Vivir en positivo…

A veces, el exceso de información nos produce un estrés emocional constante. Parte de la sociedad vivimos en el lado de los humanos hiperinformados, pero hay otra parte distitinta, para los que la información que reciben es la de su entorno más próximo. Cuando voy a pueblos chiquititos, perdidos, observo a sus moradores y reflexiono: ¿qué necesita el hombre para encontrar la felicidad?…

Tal vez, solo tal vez, necesitemos aislarnos de la información exterior y concentrarnos un poquito más en la “información interior”, al menos a ésta solo la manipulamos nosotros.

Y mientras tanto, ¿pensamos en ser felices?,
¡Un abrazo!,
aabrilru

 
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