Fuente: libro «Psicofarmacología esencial de Stahl: bases neurocientíficas y aplicaciones prácticas», Stephen M. Stahl, ISBN: 978-1-107-68646-5, p. 82.
Algunos de los síntomas típicos (del espectro negativo) en la esquizofrenia; pero no solo los encontramos aquí, en la esquizofrenia, sino que también pueden caracterizar otras enfermedades/síndromes mentales —o manifestarse como «simples» rasgos de personalidad sin llegar al extremo de enfermedad.
Fuente: Del libro «Psicología del lenguaje», Fernando Cuetos, Javier González y Manuel de Vega (ISBN: 9788491104346), p. 156, Editorial Médica Panamericana.
Parece sensato mantener un término que todo el mundo en un área maneja de forma habitual en lugar de realizar su traducción. Así lo piensan Fernando Cuetos, Javier González, Manuel Vega, tantos otros y yo, pero no mi gran amigo Salvador Ruiz de Maya. Puntos de vista todos que hemos de respetar, ¡por supuesto! 🙂
Fuente: Del libro «Psicología del lenguaje», Fernando Cuetos, Javier González y Manuel de Vega (ISBN: 9788491104346), p. 140, Editorial Médica Panamericana.
No percibimos/sentimos «la realidad», sino una construcción que nosotros hacemos de «la realidad» —algo que estaría bien tener en cuenta cuando defendemos férreamente una postura que asumimos como «verdad» y/o «real»….
Ciclo del control metacognitivo en la ejecución experta (adaptado de Gutiérrez-Martínez y Mateos, 2003)
Algo que los expertos (incluso niños) hacen de forma automática, adaptándose a cada situación y/o tarea concreta.
Aunque no somos conscientes cuando (ni cuándo) lo hacemos, estaría bien que nos enseñasen la importancia de seguir estos pasos para movernos de forma más eficiente por la vida —si eso es lo que buscamos, claro 😅.
Fuente: en el capítulo 7 de Francisco Gutiérrez Martínez, en el libro «Psicología del desarrollo II» (ISBN: 978-84-362-7745-6), Juan Delval y Raquel Kohen.
Fuente de la imagen de texto inicial: del capítulo 8 de Juan Delval y Raquel Kohen en el libro «Psicología del desarrollo II» (ISBN: 978-84-362-7745-6), Juan Delval y Raquel Kohen.
Una de mis muchas obsesiones (son muchas, sí) cuando trabajo en equipo es inculcar a mis compañeros la importancia de procedimentar y automatizar lo antes posible todas las tareas que nos toca hacer.
Automatizar cualquier proceso, que consigamos hacer las cosas bien sin prestarle demasiada atención, es un logro en nuestra evolución —como persona y como profesional.
Conseguir conducir sin pensar cuando tenemos que cambiar de marcha, hacer pan sin tener que estar permanentemente consultando la receta, mandar una imagen por Whatsapp sin tener que pensar cada paso, poner el cemento sobre los ladrillos para hacer una pared como quien masca chicle, hacer los trasbordos del metro sin tener que mirar las indicaciones… todo esto es automatizar: no necesitar pensar de forma consciente todos los pasos que tenemos que dar para completar algo que tenemos que hacer.
Automatizar una tarea nos permite liberar recursos de nuestra cabeza que podemos dedicar a otra cosa.
Pero para conseguir automatizar algo necesitamos estar lo suficiente motivados como para poner en marcha las tres condiciones necesarias: practicar, practicar y practicar.
Automitiza, bro, automatiza, si quieres caminar por la vida de una forma un poco más eficiente —si eso es lo que buscas, claro 😅.
Fuente de la imagen de texto inicial: en el capítulo 7 de Francisco Gutiérrez Martínez en el libro «Psicología del desarrollo II» (ISBN: 978-84-362-7745-6), Juan Delval y Raquel Kohen.
En síntesis, este texto de arriba viene a decirnos que si eres dueño de un taller, tener las herramientas ordenadas y conocer mucho sobre su uso quizá te haga mucho mejor mecánico que aquel que tiene muchas herramientas, pero desordenadas y sin conocer demasiado cómo se usan.
La ventaja no está tanto en la cantidad de recursos de los que dispongas, sino en lo ordenados que los tengas y lo bien que sepas utilizarlos.
—reflexiono mientras leo este epígrafe sobre el desarrollo de la memoria y el conocimiento.
Fuente: en el capítulo 5 del libro «Psicología del desarrollo II» (ISBN: 978-84-362-7745-6), Juan Delval y Raquel Kohen.
Cuando me di cuenta que el mundo de los mayores era así, supe que no tardaría mucho en dejar a un lado el mundo de los mayores 🙈🙉🙊.
Fuente: lo siento, no recuerdo de dónde lo saqué… (pero puedes descargar la imagen y buscarla con «Google opción imagen», seguro que encuentras la fuente 🙂 ).
La clase es una categoría basada en la posición económica de las personas en la sociedad, generalmente medida en términos de ingresos y riqueza y manifestada en términos de estilo de vida.
Una cosa es «la clase» y otra «el estatus»… —que no es lo mismo, bro 🙂 .
Fuente: lo leo en la página 19 del libro «Antropología cultural» de Bárbara Miller, 6ª edición (ISBN: 978-84-9035-499-5).
Quizá nos podría venir bien recordar, aunque sea de vez en cuando, que hubo un tiempo en el que fuimos mosca, también pollo… no sé por qué se nos habrá subido el pavo en los últimos tiempos 🤗 —y más considerando que algunos no han perdido completamente sus alelos más característicos de macaco, claro 🙂Lo extraígo del libro «Fundamentos de Psicobiología», de Águeda del Abril Alonso, Emilio Ambrosio Flores y otros, ISBN: 978-84-16466-26-9, página 111.
Nunca hasta ahora había enfocado el «Dilema del prisionero» desde esta perspectiva de la «estrategia evolutivamente estable». Me ha resultado revelador.
Es curioso que la estrategia evolutivamente estable NO sea la óptima matemática y racionalmente, la que daría un mayor beneficio común (para todos), sino la que nos protege de los posibles «espabilaos» (listillos, cucos, parásitos…) que con gran probabilidad estarán presentes en la población. Esto puede explicarnos bastantes situciones que vivimos en nuestro día a día —> tragedia de los comunes.
Lo extraígo del libro «Fundamentos de Psicobiología», de Águeda del Abril Alonso, Emilio Ambrosio Flores y otros, ISBN: 978-84-16466-26-9, página 137.
¡Algo que llevo observando desde hace años!
Nuestro comportamiento es mucho más parecido de lo que pensamos al del resto de animales. Me divierto muchísimo observando estas cosas; por ejemplo, cuando salgo los sábados por la noche a tomar una copa con algún colega o a las madres preparando la comida para los hijos 😀🤗 —cuanto más grande es el huevo, mayor es la conducta.
Lo extraígo del libro «Fundamentos de Psicobiología», de Águeda del Abril Alonso, Emilio Ambrosio Flores y otros, ISBN: 978-84-16466-26-9, página 120.
Es interesante. «La vida» es muy eficiciente, limpia y está permanentemente reutilizando y reciclando.
Nuestro organismo está en una danza permanente de reutilización. Por ejemplo, en su trabajo constante nuestras neuronas no paran de generar una cosa que se llama neurotransmisores. Si se usan, recogemos los desechos que se han producido y los utilizamos para otra cosa; si no se usan, los volvemos a almacenar para utilizarlos de nuevo cuando se de la ocasión.
«La vida» está permanentemente limpiando los desechos que produce; si se pueden usar para otra cosa, los usa. Además, cuando pone un recurso a disposición de un proceso y el recurso no se ha utilizado, lo recoge y lo guarda para cuando haga falta en el futuro.
Celularmente, «la vida micro» está permanentemente reutilizando y reciclando —y la naturaleza («la vida macro») también.
Pero luego estamos los humanos de las últimas décadas, inoculados con el virus del consumo. Los humanos que han consumido en los últimos 50 años lo mismo que lo que sus antepasados consumieron en 200 000 años.
«La vida» no para de reciclar. ¿Estamos los humanos como sistema por encima de aquello que nos conforma? —me pregunto mientras estudio psicofarmacología en una linda tarde de otoño 🙂
«La demanda la generamos todos nosotros, con nuestro estilo de vida consumista que necesita diamantes para los anillos de compromiso, oro y platino para los ordenadores, oro y cobre para los teléfonos móviles, energía eléctrica para el aire acondicionado, petróleo para transportarnos nosotros, nuestros alimentos y nuestra agua, y cualqueir cosa que se pueda comprar […]. El maíz se cosecha para mover vehículos en lugar de para alimentar a las personas, y millones de litros de agua se utilizan para procesar minerales como el aluminio, en lugar de estar disponibles para que las personas la beban…».
Fuente: lo leo en la página 379 del libro «Antropología cultural» de Bárbara Miller, 6ª edición (ISBN: 978-84-9035-499-5).
Me ha parecido interesante este párrafo que habla del modo de subsistencia de las sociedades cazadoras-recolectoras. Casualmente es uno de los pilares del sistema que llevo construyendo desde hace unos años. Los cazadores recolectores «disponen de mucho tiempo para narrar historias, jugar y descansar».
Fuente: lo leo en la página 87 del libro «Antropología cultural» de Bárbara Miller, 6ª edición (ISBN: 978-84-9035-499-5).